Estos cielos desvirgàndote
y yo rondando rondando.
En la vereda de enfrente hay un jardìn
un perro que ladra
y la sombra deshumana de tus piès.
Cuando llegue el patètico verano y empolle mis huevos en ti
morderè tu boca roja
no con mis dientes sino con mis uñas
que son las que sangran
me besàs
en el exterminio
los pocillos de cafè que mi abuela trajo de Bagdad
los capullos de las hojas escritas en el viento
tu aroma y su penumbra peregrina
todo se persigna bajo el dulzor de la
piedra ahorcada.
2 comentarios:
Incrível escrevermos sobre dentes e sangue, assim, quase ao mesmo tempo!
todo esta cercado! poemas abran las celdas!
Publicar un comentario