Cuando la casa ardiò
yo miraba mi casa arder
gozaba el espactàculo de sentir el fuego sobre la mesa
devorando los baùles arañados
del sòtano siempre prohibido, siempre ausente
corrompido por los años que no tuve.
Veo la lucha
perfectas llamaradas
imagìnenme, riendo hasta el absurdo.
El fuego de mi vida unido a èl
peces
alaridos
y los perros lamiendo carne calcinada de la heladera negra.
Amè el incendio
y lo bebì
como bebo el deseo irreparable
en la medioanoche del bloqueo
de piè.
1 comentario:
Daniel es un mago
com dez palavras numa cartola, transforma em uma epopeia!
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