sábado, septiembre 08, 2012

Ceiba pentandra o el árbol de la horca





Este árbol de 70 metros de altura, con un tronco grueso que puede llegar a medir más de tres metros de diámetro con contrafuertes, sueña.
Las semillas están
rodeadas por una fibra amarillenta y mullida
La corteza, las hojas y la resina pueden ayudar a controlar hemorragias,
diarrea, disentería, congestión bronquial, reducir la fiebre y aliviar migrañas, torceduras y heridas abiertas. Artaud la consumió sin saber que, mezcla desigual de poemas amorosos y jirafas sin cuello, sus semillas son tóxicas.
En Indonesia los frutos jóvenes, las semillas y los brotes
son base de la alimentación de varias comunidades.
Para las culturas indígenas de Centroamérica este árbol
tiene una gran importancia mitológica.
Aparece en el escudo estatal de Nicaragua.
Es el árbol nacional de Guatemala y Puerto Rico.
Bajo su sombra Serafín Valdenegro escribió su célebre poema “Diotima en Nicaragua”
y el presbítero lusitano Burgos Soarez
meditó sus ásperas cavilaciones sobre si dios
puede desanudar las cuerdas de las redes del tiempo sin perder su omnipresencia.
Como todo árbol de la horca merece morir de pié de cara al sol y escuchando a Led Zappelín.



1 comentario:

Anónimo dijo...

Botánica litográfica!