viernes, septiembre 07, 2012

Mozart, o inmortal leproso, pudo encontrar el talismán y multiplicarlo en partituras radiantes.
Como toda luz terminó oscureciendo el camino a las sepulturas.
Hay que desnichar la vida
cantar
suavemente
la única melodía del alma

"adios vida mia. Volveré a encontrarte en el puerto
justo detrás de la sombra del nogal
nuestro àrbol de las calaveras
cuyas hojas agitan el otoño..."

Solo el lenguaje describe lo oscuro luminosamente
y solo la música puede
manifestarnos esa melodía.



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