Ahora que ya no tengo nada más para declarar, ahora que me hago el payaso para verte feliz y me pinto de violeta para no dejarte ir, ahora que la dentadura del sol explotó entre los ojos, ahora que la batalla es nuestra pero la victoria también, ahora que los olvidados sueñan y después reman, ahora que la luna fecunda al sol sin pedirle permiso, ahora que el tiempo se descentró como un mandarín en la hechicería de la hora, ahora que la mosca sigue detrás de la oreja, la oreja detrás de la mosca y la sangre sin coagular no desangra a ninguno de los dos, te digo: Buenas noches demonio mío.
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