jueves, mayo 31, 2007

a ciegas

Trazo el nombre de una mujer que pinta en la oscuridad
ella
envés de la comedia
sacude aridez con su paleta oleosa mientras
tantea nieve o cenizas

medias en los bolsillos, la camisa fuera del pantalòn
mis dedos huesudos que la acarician
y este andar cansino que solo puede llevarme
hacia la tumba de Beatriz
de Inès
o de Maria.


El viento en el aire rìe visionario
yo soy el idiota del cuadro
que mira con secreta ambiciòn la esplèndida playa ambar del ser.
Un murcièlago sueña, borgea y se esfuma patètico.

Alma mìa
ciega alma mìa
¿acaso es tiempo de partir una vez mas?

Desnuda
la palabra viene a socorrerme
a merodearme.
Como un ojo reposando ante la sentencia
obstinada
de quererte asi
la palabra vela luz roìda en un deposito de libros que asoman en la verja de la herrumbre.

Despuès
las tintas secaran al tiempo en la tela.

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