martes, junio 04, 2013

Ures o la sagrada pintura de los navegantes



Cubre con sus manos el nido
Y como todo pájaro protege a sus pichones de los depredadores a pincelazo limpio
Mecida en el viento
Girando sin girar aunque nada se mueva en los confines del barrio
Esta morocha desenfrenada
Que supo volar, volver y renacer
Mezcla colores en la noche
Dulcemente
Sin hacerse notar
Patricia
La de los movimientos blancos
La clara que pinta el mar
La oscura de tibio oleaje
La madre de todos los náufragos milagrosos

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